martes, 12 de agosto de 2014

Cuando caminamos entre los árboles

Cuando caminamos entre los árboles
 
Cuando caminamos entre los árboles
en un parque o un bosque,
podemos llegar a sentir la energía que desprenden.
Los celtas creían que cada árbol poseía
un espíritu sabio y que sus rostros podían verse
en la corteza de sus troncos y sus
voces escucharse
en el sonido de las hojas moviéndose con el viento.
Los árboles nos ayudan a establecer contacto
con el poder de la naturaleza,
nos dan herramientas para sanarnos, relajarnos,
fortalecernos, cargarnos de energía vital
y son portadores de los mensajes de la madre Tierra.
Existen cada vez más personas que han comprobado
los beneficios de abrazar los árboles.
Al revés que con las personas, que al abrazarlas
podemos notar pérdidas de energía debido
a factores emocionales, con un árbol
siempre notaremos que nos carga,
nunca que nos descarga.
Proponemos los siguientes ejercicios para interactuar con ellos.
Ejercicio 1
HABLAR CON EL ESPÍRITU DEL ÁRBOL
1.Camina entre los árboles y escoge alguno
que te llame la atención.
2.Acércate a él, obsérvalo y capta su energía,
no trates de analizarlo mentalmente
o de establecer un vínculo emocional.
Sólo nota su tono vibratorio...
3.Tócalo al mismo tiempo que cierras los ojos,
con tu mano izquierda.
Reconoce su fuerza y su influencia en el entorno.
Observa si es un árbol solitario o un pastor de árboles
que tiene influencia sobre el colectivo.
Capta si su energía es curativa,
o si es protectora y amorosa, o si es sabia,
o si es imponente en todo ese territorio
o de cualquier otro tipo.
Acepta esa energía sin más y pregúntate
si deseas recargarte a ti mismo con esa fuerza.
4.Establece contacto con la energía del árbol
mediante tu corazón energético.
Vacía tu ruido interno, fluye en el amor
y escucha al árbol. Capta su espíritu.
Preséntate con tu nombre y entra
en un espacio donde la comunicación
es energética y no sonora.
Puedes pedir consejo sobre cualquier situación que necesites,
cargarte de energía, relajarte o aceptar su sabiduría.
5.Escucha la respuesta en tu corazón,
da las gracias, levántate y despídete
poniendo tu mano derecha sobre su tronco.
Ejercicio 2
ABRAZA A TU ÁRBOL
1.Escoge al árbol que quieres abrazar, intentando
asimilar las diferencias energéticas que existen entre ellos.
2.Abrázalo.
3.Mientras te abrazas de su tronco, siente
cómo te cargas de energía, te sientes más saludable
y te conectas con la madre Tierra.
4.Dale las gracias y despídete
poniendo tu mano derecha sobre su tronco.
Desde la antigüedad ya se sabe que cada árbol
alberga un espíritu que le confiere
una fuerza determinada, una energía
que le da un poder genuino y exclusivo,
según a la clase que pertenezca.
En ocasiones podemos buscar la fuerza del árbol
para mitigar el dolor de una enfermedad,
para superar las preocupaciones o simplemente
para conseguir alcanzar nuestro propio equilibrio.
Este intercambio energético, no afecta
negativamente al árbol, ya que éste las transmite
a la Madre Tierra y ésta las transmuta completamente.
En las técnicas orientales, como el chi-kung,
hay una postura que se llama "abrazar el árbol".
Esta posición estática alinea todos
los huesos, del modo más eficaz posible.
Buddha se iluminó bajo una higuera.
Jesús estuvo en el monte de los olivos.
A los Cátaros les gustaban las acacias.
Los Druidas preferían la fuerza masculina del roble
para usar su sabiduría
Los jóvenes enamorados buscaban el Tilo
para confiar sus intimidades amorosas
porque representaba el vigor de Venus.
De cualquier modo existen diferentes
clases de árboles y es un ejercicio interesante
buena forma de hacerlo es abrazándolos
al mismo tiempo que nos hacemos uno con él...
Pensamiento Consciente
— with Gloria Paulina Arias and 48 others.

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