jueves, 2 de octubre de 2014

Pensamientos del Maestro Omraam Mikhaël Aïvanhov Octubre 2014

Pensamientos del Maestro Omraam Mikhaël Aïvanhov Octubre 2014


1. El sol es el padre de los planetas, todos han salido de él; así pues, todo lo que existe en la tierra, elementos químicos, substancias minerales o vegetales, existe ya en estado sutil, etérico, en el sol. La cuestión es saber cómo, concentrándonos en el sol, podemos captar en su pureza original todos los
elementos de los que tenemos necesidad para nuestro equilibrio y nuestra salud. Pues mientras busquemos los remedios únicamente abajo, en el plano físico, sin hacer ningún esfuerzo para elevamos, no ganaremos nada en el plano espiritual.

2. El discípulo debe trabajar tal como lo hace la naturaleza; cuando ha actuado mucho con la ayuda de un centro y que esta cansado, debe trabajar con los otros centros que están fuertes, descansados y en perfecto estado. Después de un cierto tiempo, el centro cansado se habrá reposado y el discípulo podrá reemprender su primera actividad.
Por qué estamos contantemente cansados, cuando igra jamos siempre sobre los mismos centros que así nunca cambiamos de actividad?
Cambiar de ocupación es el medio para no estar nunca cansado. Si supierais todos los centros que poseemos dentro de nosotros!

3. La humanidad actual prefiere ver las cosas más que sentirlas.
Ella ve los objetos pero no los ha sentido. Finalmente en un futuro, será mejor poder evocar lo que no se ve pero que se empieza a sentir.
Apoyándonos en esto, el hombre aumenta sus fuerzas, su poder;
cuando, si cuentas solo con el dinero, su mujer, su casa, disminuye su fuerza. Si se cuenta con Dios, o con la luz, se aumenta la fuerza. Cada uno puede verificar estas grandes verdades. Contad sobre lo que no se ve pero que sea esencial para nosotros. Si os limitáis a contar sobre lo que es material, lo perdéis todo. Nada hace excepción a esta ley, ni la ciencia, ni las religiones, ni los humanos. Aquí tenéis como se debe pensar y establecer las cosas, si realmente queréis conocer, sentir, y
vivir en el mundo invisible, mundo más real que la realidad que se ve.
Para mí, estas son las cosas más elementales y nunca he dudado que sea así, pero muy pocas personas lo aceptaran.

4. Si dais dinero a alguien que no domina sus pensamientos, sus sentimientos, sus deseos, lo primero que hará será usado para abusar de él hasta  arruinarse. Con este  dinero  va  a  destruir a  todos sus  enemigos, obtener todas las mujeres, etc. La cuestión no está en el dinero, éste sólo os da la posibilidad de satisfacer vuestros deseos, y si hay malos deseos en vuestro corazón, no es el dinero el culpable de esto. Tomad cualquier cosa, el petróleo, el carbón, el gas... Podéis disponer de ellos para destruir o para construir. Y si los utilizáis mal, no son estos objetos los culpables, sino vosotros que no tenéis nada bueno en vuestro corazón. La conclusión que podéis sacar es que primeramente debéis transformaros a vosotros mismos para llegar a serviros del dinero y de todo lo demás, sólo para vuestra elevación y para el bien de la humanidad. El día en que lo logréis, aunque tengáis muchos millones, no sucumbiréis, no caeréis en el infierno, sólo realizaréis las obras sublimes que soñasteis siempre.

5. Todo está jerarquizado. Incluso en el interior de las constelaciones del zodíaco: ciertas estrellas corresponden a la cabeza de Acuario y otras a los  pies,  algunas  corresponden  a  los  cuernos  de  Aries  y  otras  a  las pezuñas... y un río: desde la fuente hasta la desembocadura está jerarquizado. Incluso en un árbol, desde las raíces hasta las flores, todo está jerarquizado.
Diréis: «Pero ¿cómo saber dónde hay que colocar las cosas? ¡Es una ciencia muy complicada!» Os daré una imagen. Queréis transformar un desierto en una tierra fértil, ¿qué hay que hacer? Derramad agua y todo encontrará su sitio: las plantas, los animales, los humanos. El agua es la vida que circula. Dejad pues fluir el agua, dejad fluir la vida, el amor, y no os ocupéis de saber cuáles serán los árboles que van a  florecer, o los pájaros que  vendrán a cantar en estos árboles. Alguien dirá: «Pero yo quiero saber ante todo qué lugar ocupará esta yerba y sobre qué rama irá a cantar este pájaro.» ¡Ah! si se esperan conocer todos estos detalles antes de decidirse a dejar fluir el agua, pasarán siglos y no crecerá ninguna flor, no cantará ningún pájaro. Dejad pues fluir el agua, el agua de la vida, el agua vivificante del amor, veréis en este momento cómo la jerarquía se introducirá en vosotros, y todo encontrará su lugar, todo cantará, todo florecerá, y eso será el Reino de Dios.

6. Cuánta gente, después de haber demolido a alguien con sus gritos y sus reproches, pretenden: « ¡Pero lo dije por su bien, fui sincero, es todo!» En realidad, necesitaban expresar su irritación, su descontento, y tomaron como pretexto la sinceridad. ¿Por qué son sinceros únicamente bajo el dominio de la cólera? Pueden dar todas las buenas razones que quieran: mientras el móvil no sea verdaderamente desinteresado, espiritual, los humanos jamás podrán con sus palabras producir efectos benéficos sobre los demás.

7. En muchos países la gente tiene la costumbre de maldecir; por cualquier cosa maldicen a sus padres, a sus hijos, a sus vecinos, a sus amigos... Esta es una muy mala costumbre, ya que las palabras crean las condiciones para que ocurran las desgracias. Hay que estar por tanto, muy vigilantes, y cuidar así mismo de no terminar una conversación con palabras negativas respecto a alguien, porque existe una ley por la cual esas palabras continúan trabajando negativamente. Incluso si os veis obligados a criticar a alguien, no acabéis hablando sobre sus defectos, porque la ley está hecha de tal forma que, antes de caer sobre él, ¡esas palabras negativas vendrán a destrozaros a vosotros mismos, primero! Terminad siempre con palabras positivas diciendo: «Tiene sin embargo algunas buenas cualidades», mencionadlas y deteneos ahí.

8. Hay mucha gente que habla sin pensar, imaginando que si se equivoca o va demasiado lejos, les bastará con reparar. No. Ya os conté la anécdota a propósito de Mahoma, a quien un hombre fue a preguntarle cómo podía reparar el mal que había causado calumniando a su vecino. Mahoma le dijo: «Coge unas cuantas plumas y coloca una ante cada casa de la calle.» Al día siguiente, el hombre le dijo: «Ya está, hice lo que me ordenaste.» Entonces Mahoma dijo:
«Ahora ve a buscar esas plumas y tráemelas.» El otro se va y vuelve, avergonzado, diciendo, «Busqué por todas partes y no encontré nada: todas las plumas han volado. - Pues bien, dijo Mahoma, así ocurrió con las palabras: ya no puedes atraparlas, han volado.»

9. La oración solamente puede ser reemplazada por la caridad o
trabajando para el bien de los otros que, de hecho, son otras maneras de rezar. El trabajo verdadero es una oración eficaz. Nuestra meta en la vida debe ser rezar y trabajar.

10. Actualmente, no se puede forzar a la gente  a  dar, pero  vendrá un momento  donde  ellos darán. Si  no  es  teniendo  hijos, esto será al salir para el otro mundo, pues en este momento, deberán abandonarlo  todo. Habrá que dar todo. Nunca vimos a nadie irse de la tierra sin tener que abandonarlo todo. No era siempre de buen grado. Sea lo que sea,  en el último minuto, hay que dar todo lo que se tiene. Pues más vale, aprender a dar mientras uno está todavía joven. El amor no es nada más que dar y recibir. Es un intercambio, el   más   maravilloso,   magnífico,   pero   también   peligroso,   y calamitoso. Sobre este tema se puede decir todo. Por ejemplo se lo puede cualificar de poético, de indispensable, de vital. Es también el intercambio el más terrible cuando se debe cumplirlo a la fuerza. El Maestro  nos  dice  que  la  felicidad,   la  salud,   la  alegría,   las bendiciones son propias de los seres que saben dar y recibir. Todos los que reciben deben aprender a dar. Este intercambio del amor es lo más importante de la vida. Recientemente, fui a casa de unos amigos, y vi en una jaula a dos aves encantadoras que cantaban y retozaban. Sentí por ellas tal amor que debí sacarlas fuera de la jaula para acariciarlas. La amiga que las cuidaba me dijo: "Es extraordinario, la felicidad que se puede sentir gracias al amor de una  criatura   tan   pequeña".   Entonces   comprendí  por  qué   las solteronas a veces tienen un ave. Puede hacerlas felices. Evidentemente, si tuvieran en su corazón el amor de otras criaturas, sería mejor, pero un ave cuesta menos y no  molesta.

11. Hay una cosa muy importante. Escúcheme con atención. Cuando un hombre se vuelve conductor del amor, en primer lugar él mismo se eleva  y arregla su situación. Pone su vida en armonía con la ley suprema de la vida, entra en el orden establecido por Dios y, naturalmente su vida se arregla. Esto es el más importante. Muy poca gente sabe que hay muchas órdenes en el mundo. ¿Qué es una orden? Es un mundo, una sociedad, un círculo de humanos. Una orden, es un tipo determinado de vibraciones, de remolinos. Es un reino determinado. ¿Entonces, que es entrar en una orden?  ¿Y salir de eso que es? En el plano físico todos lo saben. Todos conocen órdenes tales como la de los Franciscanos, de Santa-Clara, Benedictinos, etc... Saben de la existencia de círculos, de clubs, de fraternidades. Son palabras que todas indican la misma verdad. La vida de la tierra es también una orden; la de Venus es otra, la vida de cada planeta también es una. Entonces, salir de una orden y entrar en otra,     es     cambiar     todo:     vestimenta,     alimento,     palabras,

comportamiento. Sobre la tierra hay varias órdenes diferentes. Es así, es como todos los seres de la mentira forman la fraternidad de los mentirosos. Todos ellos están unidos entre ellos por las ondas que tienen en común, sin necesidad de conocerse. Lo mismo, los seres del amor están  unidos  con los del mismo círculo, de la misma orden, del mismo amor. En razón de las vibraciones que tienen, están unidos en el mundo entero sin conocerse, no dejan de hacer intercambios entre ellos.

12. "Cuando el amor visita al hombre, su pensamiento se aclara, su corazón se enriquece, la salud viene a él, la circulación de la sangre se mejora, su cara irradia, está lleno de alegría y de gozo".

13. "El amor establece la  más grande armonía  en el mundo. Es la única realidad. Sólo él puede llenar la vida. Si el hombre es inteligente, el amor vendrá a él. Recibamos el amor y no nos pongamos a filosofar sobre este tema. No hablemos del amor, sino manifestémoslo. Qué la voluntad del amor se cumpla".

14.Tendréis pequeñas emociones, algunos minutos de alegría y
pensaréis que es felicidad… Pero, hete aquí que os la quitan, imposible de recuperarla, lloráis desconsolados… Suele pasar también con el amor. Una canción dice: “Placer de amor sólo dura un momento. Pena de amor dura toda la vida.” En realidad debería ser todo lo contrario:
cuando descubráis el amor, nadie puede hacéroslo perder; lo tenéis para siempre, como la felicidad. Pero el amor, el amor… podríamos hablar largo y tendido para ver como las personas lo buscan y donde lo buscan. Sencillamente no han entendido la naturaleza de cada cosa.

15. Si fueran los sabios, los verdaderos pedagogos o los Iniciados
quienes cuidarán de la educación, habrían utilizados otros métodos para desarrollar no la personalidad pero la otra naturaleza que la Ciencia Iniciática llama la individualidad y que es generosa, desinteresada, impersonal. Es que, ahora, ya no se educa a las personas… solamente se desarrolla su personalidad y entonces se creen el centro del mundo y que el mundo entero está para servirles. ¿Cómo podéis imaginar que, con esta mentalidad, puedan seguir viviendo juntos? El desarrollo
exclusivo de la personalidad hace que haya huelgas, revoluciones y peleas. Es porque las escuelas, las universidades han enfocado la enseñanza en una dirección equivocada. Si estuviera yo a la dirección de la Enseñanza Pública - una suposición - daría una orientación diferente y todo cambiaría… Se ha dado, creadme, demasiada importancia a la personalidad y sé de lo que es capaz. La he estudiado tanto que no hay un solo psicólogo en las universidades que sepa más que yo; pero por modestia, no lo puedo decir muy alto… Los psicólogos conocen muchas otras cosas que pueden ser muy útiles, pero no se entretuvieron en lo más esencial. No hay ningún estudio sobre la personalidad y la individualidad para mostrarnos lo que son esas dos naturalezas, inferior y superior, como actúan y cuales son las consecuencias. Mientras que yo, me he parado en lo esencial: la personalidad y la individualidad, que las conozco bien.

16. El mundo invisible no cesa de hacernos predicciones, pero nosotros siempre queremos hacerlo deprisa. “Me dicen que las condiciones son buenas, mi cerebro también me lo dice!” Estudiando las manos cotidianamente, uno llega a saber dirigirse según ellas cada vez mejor. Se dice en el libro de Job: “Dios puso un sello sobre la mano de los hombres a fin de que se reconocieran como sus criaturas”. Actualmente nadie estudia las manos para  saber  lo  que  Dios  ha  inscrito  en  ellas  y  lo  que  quiere.  Leemos bibliotecas enteras olvidando que llevamos en nosotros mismos la biblioteca más grande del mundo. Un día comprenderemos la sabiduría de Dios que inscribió en nuestras manos todos los misterios de la naturaleza.

17. Los iniciados del pasado sabían mucho pero no lo revelaron todo. Pusieron su atención sobre una cosa que veis aquí pero no os dais cuenta: el trabajo de  la  naturaleza. Constataron que cada árbol, cada planta, produce un grano y en este grano están escondidas, resumidas, misteriosamente condensadas, todas las potencialidades y  todos los elementos propios al árbol o a la planta. Tomamos un grano, lo ponemos en la tierra, y se hincha, estalla, germina, y  una planta o un árbol aparece y  crece, revelando y manifestando todos los misterios que estaban escondidos en el grano o en el hueso.

18. Cuando se entra en la escuela de la sabiduría y del amor, debemos estar muy atentos a pequeñas cosas   que ignoramos   revisten mucha   importancia. Debemos aprenderlas y a practicarlas, si es necesario miles de veces. Es fácil,  y  esto  no  nos  llevará  mucho  tiempo  en  conseguirlo.  Hacedlo escogiendo siempre el momento más oportuno y actuad como un discípulo consciente, sabio, atento. El  resto seguirá solo. Cuidad vuestras manos. Protegedlas. Lavadlas. Y vuestra vida se transformará.

19. Existen infinidad de actividades por encima de la línea de
demarcación que separa el mundo de abajo del mundo de arriba.
Considerad los colores del espectro. Distribuidlos en círculo,
suprimiendo el índigo que no es más que un tinte del azul. Hay en el
círculo tres colores por encima del horizonte y tres por debajo.
Vosotros queréis trabajar siempre arriba, en el violeta, el azul y el
verde. Suponed que queréis trabajar juntamente con el verde y el
violeta, es el color azul que aparece. Introduciendo entre estos colores otras muestras de tintes, podréis obtener todos los matices posibles. En cambio, si queréis unir el verde (parte de arriba) con el rojo (parte de abajo) obtendréis unos tintes espantosos de feos, marrones y sucios. El mismo fenómeno se produce si queréis mezclar el violeta con el amarillo, o el azul con el naranja. Estos hechos nos indican que no debemos proceder de una manera atolondrada cuando se hacen estos
cambios y que no debe nos mezclar los dos mundos de arriba con los de abajo.

20. No os debéis cristalizar y quedarse eternamente en los mismos estados, hacer siempre las mismas cosas. Esto os mortifica, os saca toda agilidad. Durante toda vuestra vida podéis sin cesar cambiar vuestros estados, vuestras ocupaciones, sin encontraros siempre en los mismos estados. De esta manera os enriquecéis en lugar de empobreceros. El error de los hombres actuales, es que cambian lo que está arriba con lo que está abajo, y esto los destruye. Los niños tienen razón cuando dicen que la vida de los padres es monótona, Pensad en esto que os digo y dad a vuestros hijos la posibilidad de cambios apropiados, conforme a la ley que os acabo de señalar.

21. El Cielo no cesa de enviar a la Tierra corrientes de armonía para llevar a los humanos hacia la unidad, y los que están preparados para captar estas corrientes no deben esperar más sino ponerse por fin a trabajar. El día en que realicen esta unidad será el momento más bello de la historia humana. ¡Cuántos cambios se producirán cuando la Tierra forme una sola familia! Todos estos miles de millones que se pierden inútilmente en armamento, en espionaje, serán utilizados para la educación y el bienestar de todos. Desgraciadamente, de momento todavía se cree que estas ideas son irrealizables. Se dice: ¡utopía!... ¿Y qué? Sólo esta utopía puede salvar a la humanidad. Por mucho que los humanos hagan, por mucho que consideren todas las demás soluciones, sólo hay una válida: la de trabajar sin descanso para la unidad, cualesquiera que sean las dificultades, cualesquiera que sean los esfuerzos que haya que realizar.

22. Cuando en el terreno político, económico, se busca la unidad, se trata casi siempre de acuerdos fundados sobre intereses egoístas, algo parecido a los bandidos que se unen para cometer crímenes. Evidentemente eso no es la verdadera unidad, pero es así como la comprenden: unirse para lanzarse sobre cualquier otro y eliminarlo o incluso aniquilarlo. Cuando los miembros de una nación dicen: «¡Unámonos!» y esta unión sólo tiene por objetivo combatir al vecino, no se puede hablar realmente de unidad. La verdadera unidad debe ser siempre la más amplia posible. Si, en el cuerpo, un órgano realiza la unidad para sí mismo sin trabajar en armonía con los demás, quizás él se sienta bien, pero los demás sufrirán y la unidad se verá por tanto comprometida. Cuando hablamos de unidad, sobreentendemos una unidad universal, cósmica, de la que nada ni nadie está excluido. Pero esta unidad debe hacerse en primer lugar en nosotros mismos: todas nuestras células, todas nuestras tendencias unidas hacia Dios. Este esfuerzo que hacemos se reflejará sobre las demás unidades y todas estas unidades desperdigadas formarán, al juntarse, una unidad universal.

23. La consciencia se despierta verdaderamente en el hombre cuando se manifiesta en él la sensibilidad a las nociones de universalidad. Esta facultad le permite sentir que los demás y él mismo están estrechamente conectados, como las diferentes partes de un organismo. Aunque aparentemente cada ser está aislado, separado, en realidad hay una parte espiritual en él que entra en la colectividad, que vive en todas las criaturas. En el momento en que esta consciencia espiritual se despierta, cada uno siente todo lo bueno o malo que le sucede a los demás como si le ocurriera a él mismo, y se esfuerza en hacerles bien, pues es a sí mismo a quien hace este bien.

24. ¿Por qué para algunos creer en Dios es una evidencia y para otros no lo es en absoluto? La explicación es simple: desde su nacimiento, cada ser humano viene a la Tierra con la suma de las experiencias vividas en sus encarnaciones precedentes. Lo que ha estudiado, verificado en sus anteriores existencias se ha grabado en su alma y aparece en ésta como intuición del mundo divino. Si ahora reconoce la existencia de su Padre Celestial es porque ya ha estado con Él desde hace mucho tiempo, ha comulgado con Él, y ha sido marcado por huellas tan poderosas que no puede dudar: sabe. La fe es, por tanto, un saber fundado en una experiencia. Aquél que, a lo largo de sus encarnaciones anteriores, ha hecho experiencias en las regiones inferiores de su ser, extrae de estas experiencias conclusiones que considera evidentemente como la verdad. Y aquél que ha hecho experiencias en las regiones superiores del alma y del espíritu, también saca conclusiones, pero estas conclusiones son evidentemente diferentes.

25. Hasta el siglo sexto los cristianos creían en la reencarnación, al igual que los judíos, los egipcios, los hindúes, los tibetanos, etc… Pero seguramente los Padres de la Iglesia se dijeron que esta creencia hacía que las cosas fuesen para largo, que la gente no tuviera prisa para mejorarse, y quisieron por tanto incitarles a que se perfeccionaran en una sola vida suprimiendo la reencarnación. Además, poco a poco, la Iglesia inventó cosas tan espantosas para asustarlos que en la Edad Media sólo se creía en los diablos, en el Infierno y en los castigos eternos. Se suprimió por tanto la creencia en la reencarnación a fin de que la gente mejorase por el miedo y el temor, pero no sólo no se han mejorado, sino que se han vuelto peores… ¡y además ignorantes! Por eso hay que retomar esta creencia, si no nada está en su sitio: la vida no tiene sentido, el Señor es un monstruo, etc…

26. Evidentemente no es reprensible manifestar interés y comprensión por las diversas formas de la espiritualidad. Lo peligroso es dispersarse, no escoger nunca un método de trabajo interior y mantenerse en él. La cuestión ni siquiera es saber si hay que ser católico, protestante, ortodoxo, musulmán, budista, taoísta o nada de todo esto. La cuestión – y se plantea a cada uno, creyente o no creyente – es centrarse en algunas verdades espirituales esenciales y aplicarse para ponerlas en práctica. Pues la espiritualidad no es un ámbito facultativo que se pueda escoger o no, tal como se hace con otras disciplinas: los idiomas, el arte, el deporte, etc. Dada la estructura del ser humano, la espiritualidad es para él una necesidad vital, y mientras éste no tome consciencia de esta necesidad, va a lanzarse a actividades absurdas y peligrosas para sí mismo y para los demás. Tal como está construido, tiene una necesidad esencial de encontrar un alimento para su alma y su espíritu.

27. Sé que desde hace algún tiempo se han realizado gran número de estudios sobre la vida del feto y su receptividad a las influencias externas, es decir tanto a los estados emocionales que atraviesa la madre como a los acontecimientos que se producen a su alrededor.

Pero hay un aspecto del asunto que ha escapado a los investigadores, y es la importancia de la materia que aporta la madre para la formación del niño, ya que, durante nueve meses, se formará con la ayuda de los elementos que la madre le da.
Claro está, lo que la madre oye o ve a su alrededor durante la gestación se refleja en el niño, pero sólo son huellas superficiales; la constitución, el temperamento del niño dependen de la calidad de la materia que ella le dé, y la calidad de esta materia depende de su forma de vivir. Si la materia es de oro –simbólicamente hablando – el niño será sano y fuerte tanto física como psíquicamente, pero si la materia es de plomo, será enfermizo, vulnerable.

28. La verdadera educación del niño empieza antes de su nacimiento, y comienza con la educación de los padres, quienes deben preparase interiormente con mucha antelación mediante una mejor comprensión del amor, para atraer a su familia un espíritu excepcional. Se esfuerzan en concebir este hijo en la mayor luz y pureza, y una vez concebido, la madre, consciente de los poderes que le ha dado la naturaleza, trabajará para dar a este espíritu un cuerpo físico y cuerpos psíquicos hechos con los mejores materiales. Si millares, millones de padres en el mundo decidieran hacer este trabajo, la humanidad se transformaría realmente en tres o cuatro generaciones.

29. ¡Cuánta gente trabaja por la paz en el mundo! Pero en realidad no hacen nada para que esta paz se instale verdaderamente. Nunca han pensado que, en primer lugar, son todas las células de su cuerpo, todas las partículas de su ser físico y psíquico las que deben vivir según las leyes de la paz y de la armonía para emanar esta paz por la cual preetenden trabajar. Aunque escriben sobre la paz o se reúnen para hablar de la paz, siguen alimentando la guerra en ellos, ya que están luchando sin cesar contra una u otra cosa. De esta forma, ¿qué paz pueden aportar? En primer lugar, el hombre debe instalar la paz en sí mismo, en sus actos, sus sentimientos, sus pensamientos. Sólo entonces trabaja verdaderamente por la paz.

30. Los humanos aún no han resuelto verdaderamente los problemas de la vida colectiva. Aunque externamente han formado naciones, organizado sociedades cuyos miembros se mantienen, y en las que todos están al servicio de todos y pueden beneficiarse de ello, interiormente siguen aislados, agresivos, hostiles unos con otros. No han sabido transponer al terreno interior todos los progresos que han conseguido en la vida material, práctica, en el ámbito de la organización y de la técnica. Por ello, a pesar de todos estos progresos técnicos, la humanidad sigue sufriendo los mismos males: guerras, miserias, hambrunas, opresiones, y en proporciones desconocidas hasta hoy. Los verdaderos progresos sólo pueden producirse gracias a un profundo cambio de las mentalidades. Los humanos deben sentirse unidos psíquicamente, espiritualmente, para conseguir formar la única sociedad verdadera: la fraternidad universal interior. Cuando cada individuo se esfuerce en alcanzar la consciencia superior de la unidad, las sociedades, los pueblos y las naciones empezarán a vivir en la paz y la libertad.

31. Todos los progresos de la ciencia, en cualquier ámbito, han sido posibles porque los humanos han descubierto que el mundo físico obedece a leyes. Pero el mundo psíquico, el mundo moral, ¡querrían que fuese el lugar de mayor confusión, de mayor anarquía! ¡Ninguna ley que conocer, ninguna regla que respetar!... Pues bien, no es posible, y si con su ligereza, con su inconsciencia, el hombre desajusta este extraordinario mecanismo que es su organismo psíquico, provoca daños irreparables. Nada es estable ni fiable cuando no se respetan las leyes, porque las leyes constituyen la estructura del universo, tanto la estructura del universo psíquico como la estructura del universo físico. El mayor error es no reconocer estas leyes. Se actúa como si fuesen un invento humano, por tanto como si reposaran sobre bases arbitrarias, discutibles, y pudieran ser transgredidas fácilmente. ¡Pues no! Y nada ni nadie podrá ayudar al que transgreda las leyes del mundo psíquico y del mundo espiritual.

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