lunes, 2 de marzo de 2015

NIVELES DE CONCIENCIA

NIVELES DE CONCIENCIA




Para conocer en qué nivel de Conciencia estamos viviendo una experiencia, vamos a ver el tipo de respuesta que le damos a una situación que la Vida nos presenta. (La palabra Vida, con mayúscula, significa todo lo que sucede, todo lo que existe, todo lo que es).


Comenzaremos por un nivel básico o primer nivel de Conciencia; veremos después un segundo nivel que se está activando ahora en muchos seres humanos. Por último hablaremos de unos niveles superiores, un tercero, un cuarto…, que nos llevan a lograr la realización aquí en la Tierra.


Antes vamos a acercarnos a los conceptos Conciencia y nivel de Conciencia. Ya entendemos que no hablamos de los conocimientos ni de la información que una persona pueda tener, sino que nos referimos siempre a sus cualidades internas, a cualidades de su Alma. Los conocimientos cambian o se borran de nosotros, en tanto que las cualidades que desarrollamos en nuestra Alma son para siempre.


CONCEPTO DE CONCIENCIA Y NIVEL DE CONCIENCIA


Vemos estos conceptos de un modo práctico para que nos sean útiles en nuestra vida diaria. Vamos a imaginar que la Creación es una esfera infinita que está llena de toda la Conciencia existente. A toda esa esfera, es decir, a toda la Conciencia que existe en la Creación, vamos a llamarle Conciencia Cósmica, Conciencia Infinita, Conciencia Creadora o con otros nombres. Algunas tradiciones y creencias le llaman Ser Supremo, Dios, Divinidad, etc. Aquí vamos a utilizar cualquiera de esos nombres ya que este artículo carece de cualquier tipo de connotación religiosa. 


Recordemos: Conciencia Cósmica, Conciencia Infinita, Ser Supremo, Dios etc., todas esas expresiones simbolizan lo mismo: toda la Conciencia que existe en el Universo. Nos la imaginamos como una esfera de tamaño infinito llena de Conciencia.


 


Otro nombre que podemos utilizar para referirnos a la Conciencia Suprema es Vida, con mayúscula, pues la Vida es su manifestación. (Cuando hablamos de vida, con minúsculas, nos referimos a la vida individual de una persona).


¿Qué atributos tiene esa Conciencia Infinita? Los contiene todos y en grado máximo. La Conciencia Infinita conoce el propósito de todo lo que existe, de toda la Creación, pues todo es creado por ella. En la Conciencia Suprema todo es Perfección, Sabiduría, Paz, Alegría, Plenitud, Unidad…, Amor.


Dentro de la Conciencia Infinita estamos los seres humanos, cada uno con nuestra Conciencia individual. Podemos imaginar que la Conciencia de cada uno de nosotros es también una esfera de Conciencia, aunque muy inferior en tamaño a aquella esfera infinita. Con esa cantidad de Conciencia que somos cada uno, vivimos las experiencias que la Vida nos presenta. Y aunque fuera de nuestra esfera particular de Conciencia exista una cantidad infinita de Conciencia, para algunos como si no existiese, porque no tenemos acceso a ella, o incluso podemos dudar de su existencia.


Así pues los seres humanos podemos imaginarnos como pequeñas esferas de Conciencia dentro de esa esfera inmensa que es la Conciencia Total, de la que sólo somos porciones. Las esferas individuales de Conciencia son de distintos tamaños, dependiendo de la cantidad o nivel de Conciencia que cada uno de nosotros hemos desarrollado. Sin duda que unas esferas tendrán partes comunes con otras.


Pongamos unos ejemplos: una persona está enfadada con un amigo. Según su nivel de Conciencia decidirá seguir con su enfado o hacer las paces con su amigo. ¿Y si se está planteando la opción de tener hijos? Con la Conciencia que tiene en ese momento (que es su nivel de Conciencia) tomará una decisión. De igual modo, en base a su nivel de Conciencia, esa persona afrontará cualquier otra situación de su vida y le dará una respuesta. 


Parece coherente que si lograse ampliar su Conciencia dispondría de más capacidad, y entonces daría una mejor respuesta a cada situación. Si aumentase todavía más su Conciencia, aun sería más perfecta su respuesta. ¿Y si continuase acrecentando su Conciencia de modo indefinido? ¿Llegaría un momento en que alcanzaría Conciencia Cósmica, o lo que es lo mismo Conciencia Divina?


 ¿Puede ser ese nuestro propósito de vida?¿Es la finalidad de nuestra vida convertirnos en la Vida?…


 


     PRIMER NIVEL DE CONCIENCIA


Podemos vivir las experiencias que la Vida nos presenta desde diversos niveles de Conciencia. Un primer nivel es aquel en el que vivimos sintiéndonos separados de la Vida. A menudo oímos y decimos frases de este tipo: ¡Esto es injusto! ¡Qué mala suerte! ¡No hay derecho a lo que me ha pasado! … Cuando hablamos así estamos vibrando en un nivel básico de Conciencia.


En este primer nivel creemos que lo que nos sucede es por azar, y que todo está fuera de nuestro control. Existen muchos subniveles en este nivel básico de Conciencia, tantos como personas. Nos interesa salir cuanto antes de este nivel, pues en él nos sentimos impotentes y llevamos siempre las de perder. La Vida es. ¿Tiene algún sentido quejarse o luchar contra lo que es?


Veamos algunos comportamientos que nos muestran que en un momento concreto estamos viviendo y reaccionando en este primer nivel de Conciencia:


=  Cuando nos quejamos. Al quejarnos ponemos una barrera entre la Vida y nosotros.


=  Cada vez que juzgamos a los demás estamos en este nivel básico de Conciencia. Por ejemplo, cuando decimos o pensamos que alguien es una mala persona.


=  En las situaciones en las que culpamos a otros de lo que nos pasa. En estas ocasiones pensamos que son los demás y no la Vida, quienes nos presentan las experiencias que hemos de vivir.


=  También estamos en este primer nivel de Conciencia cuando creemos que sabemos mucho. Nos creemos el centro del mundo, descalificando o aprobando lo que sucede, los comportamientos de los demás, etc. Viviendo así nos desconectamos de la Vida, y cada vez sabemos menos.


Todos estos comportamientos, y otros más, nos señalan claramente que estamos vibrando en un nivel básico de Conciencia.


Un inciso para decir que estos indicadores son totalmente fiables siempre que nos los apliquemos a nosotros mismos, pero carecen de utilidad si los empleamos para querer saber el nivel de Conciencia de otra persona. No estamos preparados para saber el nivel de Conciencia de los demás, sea como sea que se comporten.


SEGUNDO NIVEL DE CONCIENCIA


Cuando vibramos en un nivel superior al anterior, un segundo nivel de Conciencia, sentimos que ya tenemos una cierta capacidad de influenciar lo que sucede en nuestras vidas, y que la Vida tiene una cierta coherencia. Nos abrimos a considerar y aceptar que aquello que la Vida nos presenta tiene un propósito, una finalidad.


Desde hace unos años se va extendiendo la idea de que somos los creadores de nuestra realidad. En muchos talleres, conferencias y libros se exponen estas creencias. Todo esto no es ninguna novedad, y es conocido desde la antigüedad. Hace unos 25 ó 30 años Louis L. Hay escribió un libro que tuvo una gran difusión: “Usted puede sanar su vida”. Hace apenas unos años surgió otro best seller que todos conocemos, “El secreto”, un libro y una  película. En el periodo intermedio aparecieron otros muchos libros, talleres de autoayuda y crecimiento personal, películas, videos y escuelas de pensamiento en esta misma línea. Y ello ha propiciado que estas ideas se extiendan de modo notable: pensamiento positivo, afirmaciones positivas repetidas, aplicar la Ley de Atracción, etc.


Con la Ley de Atracción (“lo semejante atrae a lo semejante”, ya sean  pensamientos, emociones, acciones, creencias, etc.), pensamos que podemos atraer a nuestras vidas lo que deseamos gracias al poder de nuestros pensamientos y sentimientos. Como sabéis, su aplicación consta de tres pasos: pedir lo que deseamos, confiar que el Universo atiende esa petición y permanecer abiertos a recibir lo que hemos pedido. La petición se realiza como si ya nos hubiese sido concedido lo que estamos pidiendo.


Vivir en este segundo nivel de Conciencia es un avance. Pasamos de sentirnos abrumados ante lo que nos sucede a sentirnos creadores; nos hacemos responsables de nuestras vidas y de lo que nos ocurre; dejamos de culpar a otros; no nos quejamos, etc. Un avance que nos acerca a lo que en esencia somos: seres libres, responsables y creadores. Aún reconociendo que hemos dado un gran salto en nuestro nivel de Conciencia, nos preguntamos: ¿hemos llegado ya a la meta? Veámoslo:


Al aplicar la Ley de Atracción, podemos pedir para nosotros o para otros, incluso pedir para toda la Humanidad. Al pedir para otros podemos estar interfiriendo en su libre voluntad, y además es posible que nuestras peticiones no coincidan con las suyas, con lo que desea su Alma. Dejamos estas ideas abiertas, sin profundizar en ellas…


En cuanto a pedir para nosotros, planteo una cuestión. En un momento de nuestra vida pedimos algo que consideramos bueno, pero no olvidemos que nuestra petición la hacemos desde nuestro nivel de Conciencia en ese momento. La cuestión que planteo es: ¿podemos, al menos en ocasiones, estar pidiendo algo que no sea lo mejor para nosotros aunque estemos convencidos de que sí lo es? Todavía más: ¿Podemos estar pidiendo algo que no nos beneficie en absoluto? ¿Podemos subsanar esto añadiendo un paso más en la petición?…


 


NIVELES SUPERIORES DE CONCIENCIA


Decíamos que cuando vibramos en un primer nivel de Conciencia creemos que las experiencias que la Vida nos presenta carecen de sentido. Todo obedece al azar, y por tanto no hay modo de entender la Vida.


En el segundo nivel de Conciencia ya comenzamos a sentir que hay una vinculación entre la Vida y nosotros. En mayor o menor medida empezamos a confiar en la Vida, y fruto de esta confianza le pedimos a la Vida aquello que creemos que va a hacernos felices.


Al dar un paso más en nuestra relación con la Vida, accedemos a un tercer nivel de Conciencia. En él  hacemos lo mismo que en el segundo nivel de Conciencia: pedir a la Vida lo que sentimos que nos va a dar la felicidad. Pero aquí en este tercer nivel, tanto si la Vida nos entrega lo que le hemos pedido, como si es algo distinto, nosotros lo aceptamos. Lo acogemos porque reconocemos en la Vida una sabiduría superior a la nuestra.


Esa es la clave que nos muestra que estamos entrando en el tercer nivel de Conciencia: la Vida sabe, y yo sé que no sé. Por que mientras yo crea saber como han de ser las cosas, me rebelaré ante todo lo que no entienda o no me guste y me sentiré separado de la Vida, que siempre expresa la Sabiduría, la Perfección y el Amor de la Conciencia Infinita, el Amor de Dios.


Tengamos muy presente, que yo no digo que mentalmente debamos comprender todo lo que nos ocurre, ni tampoco que emocionalmente estemos preparados para asumirlo. No, no es eso. Digo que si hay algo en nosotros, en un nivel quizás muy profundo, que con una voz tenue y apenas audible nos dice:


“No busques comprender todo lo que acontece, no intentes a toda costa que las cosas salgan como tu deseas, y confía en que lo que te sucede es lo mejor y más perfecto y que está lleno de Amor.”


Y esa voz interior añade:


“Verás que te suceden cosas a ti, a los tuyos, a la Humanidad, y sentirás que no deben suceder. Es natural que en esos casos te reveles. No te sientas culpable de esa reacción, pues es la que procede. Pero te pido que tan pronto puedas, no antes, pero tampoco después, que te pares y me escuches, pues surjo de tu interior, de ese lugar en el que ya eres pleno, de ese lugar en el que la Divinidad mora en ti.


Siempre me oirás decirte lo mismo: acepta, acepta lo que la Vida te presenta. Estás recibiendo lo mejor. Si me escuchas, muy pronto surgirá en ti un nuevo modo de ver la Vida, y entonces comprenderás el sentido que todo tiene, la perfección de todo lo que sucede. Más aún, verás el Amor manifestándose. Y después aún verás algo más mágico: verás a Dios en todos los seres, en todas las formas, en todas las cosas. Pero ahora todavía no es ese momento. Ahora es el momento anterior a ese, el momento en el que te digo: acepta, acepta aún sin comprender.”


Esta es una débil voz que surge en nuestro interior, y hemos de perseverar para oírla fuerte y segura. Ha de llegar a ser la voz de un tenor de timbre claro y brillante, pero no limitándose a resonar en el pecho como resuena la voz de un tenor, sino resonando en todo nuestro Ser. Ha de ser una voz que impregne cada célula de nuestro cuerpo, hasta lograr que esa voz y nosotros seamos lo mismo.


En ese instante ya vibramos en un nivel superior, un cuarto nivel de Conciencia. En él nos hacemos canales puros de la Conciencia Infinita. Somos el cauce a través del cual la Divinidad, la Conciencia del Universo, se expresa aquí en la Tierra.    




Después accederíamos a un quinto nivel… Bueno, no le deis mucha importancia a los números, son únicamente una ayuda para disponer de un esquema explicativo.


Fuente: Portal de conciencia


 



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